Jehová creó a Eva, la primera mujer, y se la dio a Adán para que fuera su esposa (Génesis 2:21, 22).
Dios hizo a Adán y Eva perfectos. Su mente y su cuerpo no tenían defectos.
Vivían en el jardín de Edén: un lugar muy hermoso donde había un río, árboles y animales. Era un paraíso.
Jehová hablaba con ellos y les enseñaba cosas. Si querían vivir para siempre en ese paraíso, tenían que escuchar a Dios y obedecerlo.
Dios les mandó que no comieran de uno de los árboles (Génesis 2:16, 17)
Un ángel se rebeló contra Dios. Ese ángel malo es Satanás, el Diablo.
Dios les dijo a Adán y Eva que no comieran de uno de los árboles del jardín. Si comían de ese árbol, iban a morir.
Satanás no quería que ellos obedecieran a Jehová. Mediante una serpiente, le dijo a Eva que no iba a morir si comía del árbol prohibido. Le dijo que sería como Dios. ¡Qué gran mentira! (Génesis 3:1-5.)