San Luis fue el rey de Francia de 1226 hasta su muerte en 1270 y fue el único rey de Francia canonizado. El fue coronado rey a la edad de 12 años, después de la muerte de su padre, el rey Luis VIII.
A causa de su juventud, su madre, Blanche de Castilla, dirigió a Francia mientras él era menor de edad. El estuvo en dos cruzadas durante su vida, una en sus 30s y otra en sus 50s, lo cual no es un logro pequeño si usted considera que tan sangrientas y violentas eran las cruzadas.
La primera comenzó con la captura de Puerto Damieta en 1249 y continuó en la batalla de Fariskur, donde él perdió a su ejército y fue capturado por los egipcios. El sólo fue liberado luego de que un rescate de 400.000 livres tournois (moneda francesa) fuera pagado (casi el doble de los ingresos anuales de Francia) y se entregara la ciudad de Damieta.
Tal vez lo más importante para llamar a este rey brutal fue que durante todo el tiempo que el estuvo batallando, él tenía puesto un cilicio (una cadena de metal con púas afiladas puesta apretadamente para causar dolor y a veces sangrado) alrededor de las piernas o cintura.
Así que cuando todo el mundo estaba sufriendo a causa de las heridas de la batalla, el rey estaba sufriendo el doble.
Su fin le llegó en su segunda cruzada, como todos los reyes buenos, en medio de una batalla sangrienta.
Con su muerte, remate de una expedición carente de todo sentido militar, político y religioso, salvo el antes mencionado de favorecer a Carlos de Anjou, se extinguieron las Cruzadas.