jueves, 27 de febrero de 2020

San Ignacio de Loyola - BIOGRAFIA









Ignacio de Loyola, un caballero español  de familia noble vasca, ermitaño, sacerdote desde 1537, teólogo que fundó la Sociedad de Jesús (los jesuitas) y fue su primer Superior General.

San Ignacio era un increíble caballero que estuvo en muchas batallas sin ninguna herida hasta aquel día terrible. El 20 mayo de 1521, una bala de cañón hirió una de sus piernas y le rompió la otra. Sin perturbarse, él se levantó y se devolvió dando saltos hasta el castillo.



El necesitaba una cirugía la cual fue llevada a cabo sin anestesia, un tratamiento que la mayoría de personas en el presente rechazarían. Parte del hueso de su pierna tuvo que ser cortado, y la operación en general fue un desastre.

Pero a pesar del hecho de que el término con una pierna más corta que la otra, él sobrevivió y continuó para fundar una de las órdenes religiosas más famosos del mundo (inspirado por los textos religiosos que él leyó mientras se recuperaba de la bola de cañón).

En los primeros años tras su conversión, firmaba sus cartas como «De bondad pobre, Íñigo». En 1537 aparece por primera vez el nombre de Ignacio en sus cartas, firmando en latín. Desde entonces, aparecen en sus escritos ambos nombres: cuando escribe y firma en castellano, usa «Íñigo», y cuando lo hace en latín o italiano, escribe «Ignacio».















jueves, 20 de febrero de 2020

La Armadura de Dios para colorear y Significado













Efesios 6 es el último capítulo de la carta de Pablo a los Efesios y en los versículos 10 al 18 él los anima a permanecer firmes en el Señor. Él sabía que como cristianos, nos enfrentamos a una guerra espiritual intensa y debemos estar preparados. Pablo habla sobre la armadura de Dios, las herramientas que él da a sus hijos para que podamos vencer los ataques del diablo.

Al vestirnos y usar la armadura de forma efectiva podremos hacer frente a todas las trampas del maligno y saldremos victoriosos. Veamos lo que nos dice Efesios 6:10-18 sobre la armadura de Dios, para qué sirve y cómo debemos usarla.


Preparándonos para la batalla

Lo primero es fortalecernos en el Señor. ¡De él viene nuestra fuerza! Esta llega cuando reconocemos que dependemos de Dios, le buscamos en oración, leemos su Palabra y escuchamos su voz.

Luego debemos vestirnos, tomar la armadura y ponérnosla. Esto requiere iniciativa, una acción de nuestra parte y una decisión: no me enfrento con mis propias fuerzas sino que uso las armas que Dios me da. Es un acto de humildad y de confianza total en su poder y en su sabiduría.

Jesús ya venció al diablo en la cruz, la batalla final está ganada. Sin embargo, nos enfrentamos a batallas espirituales cada día y debemos hacerlo con las armas que Dios nos da, no con nuestro intelecto o con nuestras fuerzas físicas. Esta es una lucha espiritual y nuestro adversario, el diablo, es astuto e intentará desanimarnos en nuestro andar con Cristo. Usando bien las armas que Dios nos da, venceremos.

La guerra espiritual
Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.
(Efesios 6:12-13)

La realidad es que estamos en una lucha espiritual constante nos guste o no. En 1 Pedro 5:8-9 dice:

"Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos".

Somos llamados a resistir, a estar preparados para el ataque y firmes en la fe. Es una lucha intensa, pero Dios no nos deja indefensos. Él provee la armadura que necesitamos para vencer. ¡Sólo tenemos que ponerla y usarla!

Debemos tener en cuenta que es una armadura, no varias, y debemos llevarla en su totalidad ya que nos equipa para hacer frente a todos los ataques del diablo. No nos ponemos hoy el casco y mañana el escudo. ¡No! Los soldados se preparan con toda la armadura cuando salen a la batalla y nosotros, como buenos soldados de Jesús debemos hacer lo mismo.

Al usar todas las armas que Dios nos ha provisto, estaremos protegidos y listos para la batalla. Esa es la forma en la que resistiremos firmemente hasta el fin, hasta que estemos con Jesús por la eternidad.

La armadura de Dios
Veamos una corta descripción de cada una de las partes de la armadura que Dios ha puesto a nuestra disposición.

1. El cinturón de la verdad
Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad...
(Efesios 6:14 a)

El cinturón que llevaban los soldados era ancho y servía para mantener la túnica interior en su lugar a la vez que protegía y daba soporte al cuerpo. De esa misma forma el cristiano debe conocer la verdad sobre quién es en Jesús y vivir una vida íntegra que honre su posición en Cristo.

El diablo intentará engañarnos con sus mentiras para que fallemos, dudemos o comprometamos nuestra identidad. Debemos permanecer firmes en la verdad de que somos hijos de Dios, transformados por él y salvados de la muerte eterna. Nada ni nadie nos arrebatará de su mano (Juan 10:28).

Cómo usar el cinturón: llena tu mente y tu corazón con la verdad de la palabra de Dios. Cultiva una amistad profunda con Dios a través de la oración. Fortalece tu espíritu cada día alabando a Dios y pasando tiempo con él. Vive una vida íntegra y sé veraz en todas tus acciones y palabras.

2. La coraza de la justicia
...protegidos por la coraza de justicia...
(Efesios 6:14 b)

La coraza iba enganchada al cinturón y protegía órganos vitales. Una herida en el pecho puede ser mortal y por eso el soldado debe cubrirlo bien. Así mismo debemos vestirnos con la justicia de Dios que tenemos a través de Jesús. Somos justificados por nuestra fe en Cristo (Romanos 5:1-3). La batalla contra las tentaciones y el pecado no la ganamos por nuestra propia justicia. La ganamos recordando quiénes somos en Jesús y manteniéndonos firmes en esa realidad.

Cuando Dios nos mira él ve a Jesús en nosotros. Nosotros también debemos enfocarnos en la obra de Dios en nuestras vidas, mantener nuestros ojos puestos en Jesús, no en nuestro pasado sin él, en nuestras emociones o en los errores que cometemos.

Cómo usar la coraza: recuerda tu identidad en Cristo, que gracias a él has sido justificado y perteneces a Dios por la eternidad. No creas las acusaciones del enemigo cuando trae a tu mente los pecados del pasado como si definieran tu presente. Tampoco creas cuando te dice que no puedes vencer una tentación. Pide a Dios que te ayude a verte como él te ve, a recordar el poder que él te concede para vencer y a actuar siempre como él desea que lo hagas.

3. El calzado para proclamar el evangelio de la paz
...calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz.
(Efesios 6:15)

Los pies necesitan estar bien protegidos para avanzar en la batalla. El enemigo puede colocar objetos cortantes o trampas para hacernos caer y evitar que avancemos. Su meta es impedir que salgamos a proclamar el evangelio de la paz. Puede atacar con tentaciones, complejos, sentido de inferioridad, ansiedad, gente que se burla... la lista es larga. Pero en Cristo nuestros pies están firmes y dispuestos para llevar el evangelio de la paz. Damos pasos y ganamos terreno (vidas) para el reino de Dios porque él nos capacita y porque nosotros mismos hemos experimentado su paz.

El soldado cristiano se prepara para la batalla, se fortalece y recibe sus órdenes a través de la oración. La comunicación con Dios, nuestro Comandante, debe ser constante para fortalecernos y recibir sus órdenes con la estrategia que debemos seguir.

No solo debemos orar por nuestras luchas, retos o dificultades, sino que debemos apoyar a nuestros hermanos en oración. Si vemos a algún hermano luchando contra un pecado o duda, o si está pasando por sufrimiento o persecución, debemos apoyarle con nuestras oraciones y animarle.

¿Quieres vencer en esta guerra espiritual? Vístete cada día con la armadura de Dios, pasa tiempo en oración delante de él, estudia su palabra y mantente alerta frente a los ataques del enemigo.






El reino de Dios es uno de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (Romanos 14:17). Ese es el mensaje que debemos proclamar. Sí, es cierto que es una guerra, pero las armas que Dios nos da no son de este mundo y pueden parecer ilógicas. No ganamos imponiendo o alterándonos; ganamos viviendo llenos de su paz y llevándola a todos los que nos rodean.

Cómo usar el calzado: Permite que la paz de Dios llene tu corazón cada día. Pasa tiempo con Jesús y fortalece tu espíritu. No dejes que las trampas del enemigo impidan tu avance y efectividad. Afirma tus pies, pide a Dios que te de valentía y comparte su evangelio de paz con todos los que te rodean.

4. El escudo de la fe
Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno.
(Efesios 6:16)

Aquí Pablo no solo menciona la parte de la armadura sino que también nos dice para qué la usaremos. El escudo al que se refiere era uno grande que cubría y protegía toda la parte delantera del soldado. Era resistente y estaba cubierto de cuero porque a veces el enemigo atacaba con flechas encendidas y el cuero actuaba como aislante protector.

Con el escudo de la fe podemos apagar todas las flechas que nos dispara el maligno. El ataque del diablo puede venir de cualquier lugar, por eso es importante estar alerta para poder colocar el escudo en el lugar preciso y protegernos.

Una de las armas que el diablo usa con frecuencia es la duda. Nos incita a dudar del poder, el amor o la bondad de Dios. Al ejercitar nuestra fe y afirmarnos en lo que sabemos sobre Dios y su obra en nosotros, esos ataques pierden su efectividad y avanzamos en nuestro andar con Jesús.

Cómo usar el escudo: alimenta tu fe leyendo y memorizando la palabra de Dios, pasa tiempo con Dios. Llena tu mente de la verdad sobre él y sobre quién eres en él para que puedas usar esa verdad cuando lleguen las dudas.

Aprende un poco más sobre qué es la fe.

5. El casco de la salvación
Tomen el casco de la salvación...
(Efesios 6:17 a)

El casco protege la cabeza. Nuestra mente debe estar llena de la certeza de nuestra salvación. Hemos de vivir cada día la vida que Dios quiere que vivamos como hijos suyos, anclados en esa certeza y con nuestros corazones llenos de gratitud.

Somos "linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para proclamar las obras maravillosas de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable" (1 Pedro 2:9). Esa es nuestra realidad y ese es nuestro propósito. No permitamos que el diablo ponga en nuestras mentes dudas sobre nuestra salvación. Somos salvos por la fe en Cristo (Gálatas 3) y nadie nos puede arrebatar esa salvación.

Cómo usar el casco: Recuerda que eres salvo por la fe en Jesús y eso nadie lo puede cambiar. Vive en confianza y en obediencia la vida que Jesús desea para ti. Combate con la palabra de Dios las dudas sobre tu salvación o las tentaciones a sentir que no mereces su amor o su perdón. Él te ama, te salvó y eres suyo por la eternidad.

6. La espada del Espíritu
...y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
(Efesios 6:17 b)

Esta es la única arma de ataque, las otras son más bien defensivas. La espada sirve tanto para la defensa como para atacar al enemigo. La palabra de Dios alumbra nuestro camino (Salmo 119:105) e ilumina nuestras mentes con la enseñanza del evangelio. Con la espada del Espíritu nos defendemos y hacemos frente a los ataques del enemigo (mentiras, engaños) a la vez que le atacamos con la verdad. Recordemos el ejemplo de Jesús cuando fue tentado, cómo usó la palabra de forma efectiva para vencer las tentaciones del diablo (Mateo 4).

"Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón."
(Hebreos 4:12)

Combatimos los malos pensamientos, las dudas y las enseñanzas falsas llenando nuestra mente con el mensaje de la Biblia. El diablo intentará engañarnos, pero si conocemos bien la palabra de Dios podremos afirmarnos en la verdad y continuar activos en la batalla sin temor.

Cómo usar la espada: Estudia la Biblia, memorízala, aprende a usar la palabra de verdad de forma efectiva. Combate las mentiras con su verdad. Guarda la palabra de Dios y vive una vida acorde a lo que él pide.

La importancia de la oración






domingo, 16 de febrero de 2020

San Luis IX - Bografia -








San Luis fue el rey de Francia de 1226 hasta su muerte en 1270 y fue el único rey de Francia canonizado. El fue coronado rey a la edad de 12 años, después de la muerte de su padre, el rey Luis VIII.

A causa de su juventud, su madre, Blanche de Castilla, dirigió a Francia mientras él era menor de edad. El estuvo en dos cruzadas durante su vida, una en sus 30s y otra en sus 50s, lo cual no es un logro pequeño si usted considera que tan sangrientas y violentas eran las cruzadas.



La primera comenzó con la captura de Puerto Damieta en 1249 y continuó en la batalla de Fariskur, donde él perdió a su ejército y fue capturado por los egipcios. El sólo fue liberado luego de que un rescate de 400.000 livres tournois (moneda francesa) fuera pagado (casi el doble de los ingresos anuales de Francia) y se entregara la ciudad de Damieta.

Tal vez lo más importante para llamar a este rey brutal fue que durante todo el tiempo que el estuvo batallando, él tenía puesto un cilicio (una cadena de metal con púas afiladas puesta apretadamente para causar dolor y a veces sangrado) alrededor de las piernas o cintura.

Así que cuando todo el mundo estaba sufriendo a causa de las heridas de la batalla, el rey estaba sufriendo el doble.

Su fin le llegó en su segunda cruzada, como todos los reyes buenos, en medio de una batalla sangrienta.

Con su muerte, remate de una expedición carente de todo sentido militar, político y religioso, salvo el antes mencionado de favorecer a Carlos de Anjou, se extinguieron las Cruzadas.












viernes, 14 de febrero de 2020

San Francisco de Asís - Historia y Dibujos Coloreados y para Colorear
























San Francisco es mejor recordado en la cultura popular como el santo que podía hablar con los animales y calmar a las bestias salvajes.

Aunque es verdad que hubO  muchos reportes de milagros que tenían que ver con animales en la vida de San Francisco, él es más reverenciado en la iglesia por su pobreza estricta, estigmas y esfuerzos por arreglar los problemas en la iglesia durante sus tiempos de crisis.

Pero lo que la mayoría de personas no sabe (incluyendo a muchas personas religiosas) es que San Francisco era tan devoto en sus creencias que él se fue corriendo hasta Egipto en 1219 para convertirse en mártir, él esperaba convertir a muchos musulmanes y luego ser asesinado. Esa fue una esperanza que casi se hace realidad.

Veamos, San Francisco fue recibido por el sultán Malek-el-Kamel, a quien él quería convertir y a quien le sugirió que sus estudiosos musulmanes pasarán una prueba con fuego para probar cual religión era la verdadera.



Todos se negaron, así que San Francisco se ofreció a entrar a un pozo de fuego y, si él era capaz de salir de ahí sin ninguna herida, ellos tendrían que aceptar que Dios lo había protegido a él y que esta era por consiguiente la verdadera religión.

El sultán rechazó su oferta pero quedó tan impresionado que le dio a San Francisco el permiso de predicar el cristianismo sin restricciones en sus tierras. Una concesión increíble considerando que este país estaba en medio de una guerra en contra de los cruzados del occidente. Una de las mejores historias de santos catolicos.

Este santo era definitivamente un hombre de acero.

De acuerdo con su último deseo, fue encaminado a la Porciúncula, donde se estableció en una cabaña cercana a la capilla. Murió el 3 de octubre de 1226 a la edad de 44 años.




miércoles, 12 de febrero de 2020

5 Historias románticas de la Biblia que nos enseñan algo importante sobre el Amor








1) Adán y Eva

La primera pareja del mundo no tuvo una vida perfecta, sin embargo, en su historia hay un dato muy importante que ocurrió aún antes de que Eva fuera creada. Adán no tenía a nadie semejante a él para compartir su vida, pero Dios hizo que cayera en un sueño profundo y de sus sueños formó a Eva. Esto nos enseña que debemos ser pacientes en esperar a la persona adecuada y no forzar una relación solo porque creemos que está dentro de la voluntad de Dios. De la misma manera en que Dios creó una pareja especial para Adán, Él tiene a una persona preparada para cada uno, y tan solo debemos confiar en que todo llegará en su tiempo..






2) Abraham y Sara

Hay un enlace fuerte y afectuoso entre Abraham y Sara. Él no la abandonó después de sus largos años de esterilidad, y es solo por la presión de Sara que Abraham tomó a  Agar como esposa sustituta. Los lazos de amor entre Abraham y Sara eran fuertes. Ellos tenían años de casados, pero sin hijos. En aquel tiempo, no tener descendencia era considerado casi una maldición; sin embargo, Abraham y Sara mostraron fidelidad el uno al otro y también hacia Dios. Esto fue recompensado cuando Dios les mostró que tenía un propósito para ambos. En la actualidad ocurre lo mismo, cuando dos personas se casan, se convierten en uno solo y Dios los usa de manera individual pero también como un equipo. Por eso es importante tenerlo como centro de nuestras vidas, para que se muestre en lo personal y conyugal.




3) Isaac y rebeca

Isaac se encuentra deprimido por la muerte de su madre y su padre busca para él una buena esposa tomada de su parentela. Abraham, el padre de Isaac, envió a un siervo suyo a buscar entre sus parientes a una mujer que pueda casarse con su hijo. Cuando el hombre se detuvo con sus camellos en un pozo, le pidió a Dios una señal para descubrir a la mujer que Dios había preparado para Isaac y entonces apareció Rebeca, que le dio de beber a él y sus camellos. Cuando se conocieron, Isaac y Rebeca tuvieron un amor santo, porque hicieron la voluntad de Dios. Ambos jóvenes conocieron a Dios en la fe de su familia. Sus familias conocían a Dios y vivieron buscando cumplir su voluntad a diario. Su temor por Dios creó las condiciones necesarias para que pudieran ser felices juntos. ¡Cuán importante es que las familias sean santas! Habrian muchos buenos matrimonios, y muchas santas vocaciones religiosas.





4) Jacob y Raquel

Los tiempos han cambiado y actualmente ya no se requiere que el hombre trabaje para ganarse la mano de su prometida. No obstante, Jacob tuvo que trabajar el doble para poder casarse con Raquel. Nota el cuadro del impulsivo Jacob con la cálida respuesta de Raquel. Fuera del Cantar de los Cantares, no hay otro ejemplo en la Escritura de un hombre y una mujer que se besan, ciertamente no antes del casamiento. Y si recordamos que Dios es el autor de la Escritura, y por su inspiración se escribió el libro del Génesis, vemos que Dios es un romántico, porque incluye en la Biblia esta historia de amor y este beso. Un dicho popular dice “solo de amor no se vive” y esta historia demuestra que quien ama también provee. Las parejas son un equipo que necesita trabajar en conjunto para su mantenimiento, tanto económico como espiritual





5) Oseas y Gomer

La historia que más se asemeja al amor de Dios por los hombres es la de Oseas y Gomer. Oseas demostró amor incondicional por Gomer pese a todas las circunstancias y las actitudes de ella. Si bien resulta casi irreal pensar en que se puede amar de esa manera en la actualidad, debemos recordar que Dios lo tiene cada día con nosotros. Él nos trata de acuerdo a su amor y no a nuestros hechos.





domingo, 9 de febrero de 2020

Frases de familia dichas por el Papa Francisco I






El Papa Francisco I es uno de los papas más populares de la historia y sus palabras inspiran a millones de personas alrededor del mundo.


Lindas frases sobre la familia dichas por el Papa Francisco I.
“En su camino familiar, ustedes comparten tantos momentos inolvidables: las comidas, el descanso, las tareas de la casa, la diversión, la oración, las excursiones y peregrinaciones, la solidaridad con los necesitados… Sin embargo, si falta el amor, falta la alegría, y el amor auténtico nos lo da Jesús”
"Cuando nos preocupamos por nuestras familias y sus necesidades, cuando entendemos sus problemas y esperanzas... cuando sostienen la familia, sus esfuerzos repercuten no sólo en beneficio de la Iglesia; también ayudan a la sociedad entera"
“Todos sabemos que no existe la familia perfecta, ni el marido o la mujer perfectos. No digamos la suegra perfecta ...Existimos nosotros, los pecadores. Jesús, que nos conoce bien, nos enseña un secreto: que un día no termine nunca sin pedir perdón”. 
“Tener un lugar a donde ir, se llama Hogar. Tener personas a quien amar, se llama Familia, y tener ambas se llama Bendición.”
“Educar en la solidaridad significa entonces educarnos en la humanidad. Apoyar y proteger a la familia para que eduque a la solidaridad y al respeto es un paso decisivo para caminar hacia una sociedad más equitativa y humana.”

"¡Qué precioso es el valor de la familia, como lugar privilegiado para transmitir la fe!”
“Preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y a que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres,  cuidan de sus hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de los padres”.
“En la vida, la familia experimenta tantos momentos bellos. El descanso, los almuerzos juntos, las salidas al parque, al campo, la visita a los abuelos, la visita a una persona enferma, pero si falta el amor, falta la alegría, la fiesta, y el amor siempre nos los da Jesús. Él es la fuente inacabable.”
"El matrimonio tiende a ser visto como una mera forma de gratificación afectiva. Pero su aporte a la sociedad supera el nivel de emotividad. El matrimonio no procede del sentimiento amoroso efímero, sino de una unión de vida total”.
"El matrimonio es un trabajo de todos los días, se puede decir que artesanal, un trabajo de orfebrería porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a la mujer y la mujer tiene la tarea de hacer más hombre al marido. Crecer también en humanidad, como hombre y mujer”.
“Todos nos equivocamos, y a veces alguno se ofende en la familia, en la pareja; fuerte algunas veces… Yo digo “vuelan los platos”, ¿eh? Se dicen palabras fuertes, pero escuchen este consejo: no terminen el día sin hacer las paces. La paz se rehace cada día en la familia. Pidiendo perdón: “perdóname” y se recomienza de nuevo.”
“Un matrimonio no tiene éxito sólo si dura, es importante su calidad. Estar juntos y saberse amar para siempre es el desafío de los esposos cristianos.”
"Veo la santidad en una mujer que cría a sus hijos. En un hombre que trabaja para llevar a casa el pan. En los enfermos. En las religiosas... Esta es la santidad común".
"Aquello que pesa más que todas las cosas es la falta de amor. Pesa no recibir una sonrisa, no ser recibidos. Pesan ciertos silencios. A veces, también en familia, entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos. Sin amor, el esfuerzo se hace más pesado, intolerable" 

“En el Padrenuestro decimos: 'Danos hoy nuestro pan de cada día”. El matrimonio puede aprender a rezar así: 'Danos hoy nuestro amor de cada día'”.
"El verdadero vínculo es siempre con el Señor. Todas las familias, tienen necesidad de Dios: todas, ¡todas! Necesidad de su ayuda, de su fuerza, de su bendición, de su misericordia, de su perdón. Y se requiere sencillez. ¡Para rezar en familia se requiere sencillez! Cuando la familia reza unida, el vínculo se hace fuerte"
“El amor de dos esposos es una realización, una realidad que crece, y podemos decir que es como construir una casa, y esa casa se construye juntos, no solos”.
"La verdadera alegría viene de la armonía profunda entre las personas, que todos experimentan en su corazón y que nos hace sentir la belleza de estar juntos, de sostenerse mutuamente en el camino de la vida" 
“La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. Madura a la vez que nos damos a los otros”.
"La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor".

“Hoy, la familia es despreciada, es maltratada, y lo que se nos pide es reconocer lo bello, auténtico y bueno que es formar una familia, ser familia hoy; lo indispensable que es esto para la vida del mundo, para el futuro de la humanidad"  










jueves, 6 de febrero de 2020

Santa Rosa de Lima- HISTORIA- CATOLICOS










(Isabel Flores de Oliva; Lima, 1586 - 1617) Religiosa peruana de la orden de los dominicos que fue la primera santa de América. Tras haber dado signos de una intensa precocidad espiritual, a los veinte años tomó el hábito de terciaria dominica, y consagró su vida a la atención de los enfermos y niños y a las prácticas ascéticas, extendiéndose pronto la fama de su santidad.


Venerada ya en vida por sus visiones místicas y por los milagros que se le atribuyeron, en poco más de medio siglo fue canonizada por la Iglesia católica, que la declaró patrona de Lima y Perú, y poco después de América, Filipinas e Indias Orientales.

Biografía

Santa Rosa de Lima nació el 20 de abril de 1586 en la vecindad del hospital del Espíritu Santo de la ciudad de Lima, entonces capital del virreinato del Perú. Era hija de Gaspar Flores (un arcabucero de la guardia virreinal natural de San Juan de Puerto Rico) y de la limeña María de Oliva, que en el curso de su matrimonio dio a su marido otros doce hijos. Recibió bautismo en la parroquia de San Sebastián de Lima, siendo sus padrinos Hernando de Valdés y María Orozco.

En compañía de sus numerosos hermanos, la niña Rosa se trasladó al pueblo serrano de Quives (localidad andina de la cuenca del Chillón, cercana a Lima) cuando su padre asumió el empleo de administrador de un obraje donde se refinaba mineral de plata. Las biografías de Santa Rosa de Lima han retenido vivamente el hecho de que en Quives, que era doctrina de frailes mercedarios, la futura santa recibió en 1597 el sacramento de la confirmación de manos del arzobispo de Lima, Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, quien efectuaba una visita pastoral en la jurisdicción.

Aunque había sido bautizada como Isabel Flores de Oliva, en la confirmación recibió el nombre de Rosa, apelativo que sus familiares empleaban prácticamente desde su nacimiento por su belleza y por una visión que tuvo su madre, en la que el rostro de la niña se convirtió en una rosa. Santa Rosa asumiría definitivamente tal nombre más tarde, cuando entendió que era "rosa del jardín de Cristo" y adoptó la denominación religiosa de Rosa de Santa María.

Ocupándose de la "etapa oscura" en la biografía de Santa Rosa de Lima, que corresponde precisamente a sus años de infancia y primera adolescencia en Quives, Luis Millones ha procurado arrojar nueva luz mediante la interpretación de algunos sueños que recogen los biógrafos de la santa. Opina Millones que ésa pudo ser la etapa más importante para la formación de su personalidad, no obstante el hecho de que los autores han preferido hacer abstracción del entorno económico y de las experiencias culturales que condicionaron la vida de la familia Flores-Oliva en la sierra, en un asiento minero vinculado al meollo de la producción colonial. Probablemente esa vivencia (la visión cotidiana de los sufrimientos que padecían los trabajadores indios) pudo ser la que dio a Rosa la preocupación por remediar las enfermedades y miserias de quienes creerían luego en su virtud.

En Lima

Ya desde su infancia se había manifestado en la futura santa su vocación religiosa y una singular elevación espiritual. Había aprendido música, canto y poesía de la mano de su madre, que se dedicaba a instruir a las hijas de la nobleza. Se afirma que estaba bien dotada para las labores de costura, con las cuales ayudaría a sostener el presupuesto familiar. Con el regreso de la familia a la capital peruana, pronto destacaría por su abnegada entrega a los demás y por sus extraordinarios dones místicos.

Por aquel entonces, Lima vivía un ambiente de efervescencia religiosa al que no fue ajeno Santa Rosa: era una época en que abundaban las atribuciones de milagros, curaciones y todo tipo de maravillas por parte de una población que ponía gran énfasis en las virtudes y el ideal de vida cristiano. Alrededor de sesenta personas fallecieron en "olor de santidad" en la capital peruana entre finales del siglo XVI y mediados del XVIII. Ello originó una larga serie de biografías de santos, beatos y siervos de Dios, obras muy parecidas en su contenido, regidas por las mismas estructuras formales y por análogas categorías de pensamiento.







En la adolescencia, Santa Rosa se sintió atraída con singular fuerza por el modelo de la dominica Santa Catalina de Siena (mística toscana del siglo XIV); siguiendo su ejemplo, se despojó de su atractiva cabellera e hizo voto de castidad perpetua, contrariando los planes de su padres, cuya idea era casarla. Tras mucha insistencia, los padres desistieron de sus propósitos y le permitieron seguir su vida espiritual. Quiso ingresar en la orden dominica, pero al no haber ningún convento de la orden en la ciudad, en 1606 tomó el hábito de terciaria dominica en la iglesia limeña de Santo Domingo.

Nunca llegaría a recluirse en un convento; Rosa siguió viviendo con sus familiares, ayudando en las tareas de la casa y preocupándose por las personas necesitadas. Bien pronto tuvo gran fama por sus virtudes, que explayó a lo largo de una vida dedicada a la educación cristiana de los niños y al cuidado de los enfermos; llegó a instalar cerca de su casa un hospital para poder asistirlos mejor. En estos menesteres ayudó al parecer a un fraile mulato que, como ella, estaba destinado a ser elevado a los altares: San Martín de Porres.

Fueron muy contadas las personas con quienes Rosa llegó a tener alguna intimidad. En su círculo más estrecho se hallaban mujeres virtuosas como doña Luisa Melgarejo y su grupo de "beatas", junto con amigos de la casa paterna y allegados al hogar del contador Gonzalo de la Maza. Los confesores de Santa Rosa de Lima fueron mayormente sacerdotes de la congregación dominica. También tuvo trato espiritual con religiosos de la Compañía de Jesús. Es asimismo importante el contacto que desarrolló con el doctor Juan del Castillo, médico extremeño muy versado en asuntos de espiritualidad, con quien compartió las más secretas minucias de su relación con Dios. Dichos consejeros espirituales ejercieron profunda influencia sobre Rosa.

No sorprende desde luego que su madre, María de Oliva, abominase de la cohorte de sacerdotes que rodeaban a su piadosa hija, porque estaba segura de que los rigores ascéticos que ella misma se imponía eran "por ser de este parecer, ignorante credulidad y juicio de algunos confesores", según recuerda un contemporáneo. La conducta estereotipada de Santa Rosa de Lima se hace más evidente aún cuando se repara en que, por orden de sus confesores, anotó las diversas mercedes que había recibido del Cielo, componiendo así el panel titulado Escala espiritual. No se conoce mucho acerca de las lecturas de Santa Rosa, aunque es sabido que encontró inspiración en las obras teológicas de Fray Luis de Granada.

Últimos años

Hacia 1615, y con la ayuda de su hermano favorito, Hernando Flores de Herrera, construyó una pequeña celda o ermita en el jardín de la casa de sus padres. Allí, en un espacio de poco más de dos metros cuadrados (que todavía hoy es posible apreciar), Santa Rosa de Lima se recogía con fruición a orar y a hacer penitencia, practicando un severísimo ascetismo, con corona de espinas bajo el velo, cabellos clavados a la pared para no quedarse dormida, hiel como bebida, ayunos rigurosos y disciplinas constantes.






Sus biógrafos cuentan que sus experiencias místicas y estados de éxtasis eran muy frecuentes. Según parece, semanalmente experimentaba un éxtasis parecido al de Santa Catalina de Ricci, su coetánea y hermana de hábito; se dice que cada jueves por la mañana se encerraba en su oratorio y no volvía en sí hasta el sábado por la mañana. Se le atribuyeron asimismo varios dones, como el de la profecía (según la tradición, profetizó su muerte un año antes); la leyenda sostiene que incluso salvó a la capital peruana de una incursión de los piratas.

Santa Rosa de Lima sufrió en ese tiempo la incomprensión de familiares y amigos y padeció etapas de hondo vacío, pero todo ello fructificó en una intensa experiencia espiritual, llena de éxtasis y prodigios, como la comunicación con plantas y animales, sin perder jamás la alegría de su espíritu (aficionado a componer canciones de amor con simbolismo místico) y la belleza de su rostro. Llegó así a alcanzar el grado más alto de la escala mística, el matrimonio espiritual: la tradición cuenta que, en la iglesia de Santo Domingo, vio a Jesucristo, y éste le pidió que fuera su esposa. El 26 de marzo de 1617 se celebró en la iglesia de Santo Domingo de Lima su místico desposorio con Cristo, siendo Fray Alonso Velásquez (uno de sus confesores) quien puso en sus dedos el anillo simbólico en señal de unión perpetua.

Con todo acierto, Rosa había predicho que su vida terminaría en la casa de su bienhechor y confidente Gonzalo de la Maza (contador del tribunal de la Santa Cruzada), en la que residió en estos últimos años. Pocos meses después de aquel místico desposorio, Santa Rosa de Lima cayó gravemente enferma y quedó afectada por una aguda hemiplejía. Doña María de Uzátegui, la madrileña esposa del contador, la admiraba; antes de morir, Santa Rosa solicitó que fuese ella quien la amortajase. En torno a su lecho de agonía se hallaba el matrimonio de la Maza-Uzátegui con sus dos hijas, doña Micaela y doña Andrea, y una de sus discípulas más próximas, Luisa Daza, a quien Santa Rosa de Lima pidió que entonase una canción con acompañamiento de vihuela. La virgen limeña entregó así su alma a Dios, el 24 de agosto de 1617, en las primeras horas de la madrugada; tenía sólo 31 años.

El mismo día de su muerte, por la tarde, se efectuó el traslado del cadáver de Santa Rosa al convento grande de los dominicos, llamado de Nuestra Señora del Rosario. Sus exequias fueron imponentes por su resonancia entre la población capitalina. Una abigarrada muchedumbre colmó las calzadas, balcones y azoteas en las nueve cuadras que separaban la calle del Capón (donde se encontraba la residencia de Gonzalo de la Maza) de dicho templo. Al día siguiente, 25 de agosto, hubo una misa de cuerpo presente oficiada por don Pedro de Valencia, obispo electo de La Paz, y luego se procedió sigilosamente a enterrar los restos de la santa en una sala del convento, sin toque de campanas ni ceremonia alguna, para evitar la aglomeración de fieles y curiosos.

El proceso que condujo a la beatificación y canonización de Rosa de Lima empezó casi de inmediato, con la información de testigos promovida en 1617-1618 por el arzobispo de Lima, Bartolomé Lobo Guerrero. Tras cinco décadas de procedimiento, el papa Clemente IX la beatificó en 1668, y un año después la declaró patrona de Lima y de Perú. Su sucesor, Clemente X, la canonizó en 1671; un año antes la había declarado además patrona principal de América, Filipinas y las Indias Orientales. La festividad de Santa Rosa de Lima se celebra el 30 de agosto en la mayor parte de los países, pese a que el Concilio Vaticano II la trasladó al 23 de agosto.


Cómo citar este artículo:
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Santa Rosa de Lima. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rosa_de_lima.htm el 6 de febrero de 2020.






lunes, 3 de febrero de 2020

El Angel de la Guarda :Quién es y qué hace tu ángel de la guarda

























Según la tradición cristiana, cada uno de nosotros tiene un Ángel de guarda, que lo acompaña desde el momento de su nacimiento hasta el momento de la muerte, permaneciendo junto a él en cada momento de su vida. La idea de un espíritu, una entidad sobrenatural que sigue y supervisa a cada ser humano ya estaba presente en otras religiones y en la filosofía griega. En el Antiguo Testamento leemos que Dios está rodeado por una verdadera corte de figuras celestiales que lo adoran y actúan en su nombre. Ya en estos libros antiguos hay referencias frecuentes a los ángeles enviados por Dios como protectores de la gente y de los individuos, así como mensajeros. En el Evangelio, Jesús invita a respetar incluso a los más pequeños y humildes, en referencia a sus ángeles, que velan por ellos desde el cielo y contemplan el rostro de Dios en cada momento.

El Ángel de guarda, entonces, está ligado a cualquiera que viva en la gracia de Dios. Los padres de la iglesia como Tertuliano, San Agustín, San Ambrosio, San Juan Crisóstomo, San Jerónimo y San Gregorio de Nisa apoyaron la existencia de un Ángel de guarda para cada persona, y aunque todavía no existía una formulación dogmática en relación con esta figura, durante el Concilio de Trento (1545-1563) se declaró que cada ser humano tiene su propio Ángel.

A partir del siglo XVII, la difusión de la devoción popular aumentó y el Papa Pablo V insertó la fiesta de los ángeles de guarda en el calendario.

Incluso en las representaciones sagradas y especialmente en las imágenes de devoción popular, los Ángeles de la guarda comenzaron a aparecer, generalmente representados en el acto de proteger a los niños del mal. De hecho, especialmente cuando somos niños se nos anima a hablar con nuestro ángel de la guarda y a dirigir nuestras oraciones. Al crecer, esta confianza ciega, este amor incondicional por una presencia invisible y, sin embargo, extraordinariamente tranquilizadora, se ve disminuida.