"De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza."
Job 42:5,6
Job (que significa "grito de aflicción") es poético, y ha sido honrado desde hace mucho por su espléndido lenguaje. Es evidente que Job vivió aproximadamente en la época de Abraham. Aunque era el hombre más justo de la tierra, Dios permitió que sufriese intensamente bajo la mano de Satanás. Sus tres amigos asumieron que para merecer un sufrimiento tal, Job debía haber sido culpable de un pecado escondido flagrante, y en sus discursos ellos buscan, suavemente al principio y luego más cruelmente, arrancarle una confesión al respecto. Job alega su propia inocencia, y siente que los tratos de Dios para con él no tienen ninguna razón de ser.
Sin embargo, este preciso sentimiento indica la razón. por qué fue necesario que Dios derribase la orgullosa justicia propia de Job.
Después que se silencia a sus tres amigos, Eliú, un hombre más joven, habla verdaderamente de parte de Dios palabras tales que afectan de tal forma la conciencia de Job que le dejan sin respuesta. Eliú es un tipo evidente del Señor Jesús, el Intérprete de los caminos de Dios.
Entonces Dios mismo habla a Job desde un torbellino. Él señala a muchas maravillas de la creación que demuestran que la sabiduría del Creador debe ser infinitamente más alta que el concepto del hombre, y que en comparación, la sabiduría del hombre es una ignorancia patética. Job toma en serio las lecciones envueltas en esto y dice, "me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza." Este es el gran punto decisivo, y posteriormente Job es bendecido más que nunca. Job es un libro muy valioso para enseñarnos el verdadero juicio de uno mismo y la sumisión a la mano de Dios